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Jornadas de Espiritualidad Salesiana

Saludo de apertura de don Adriano Bregolin  Vicario del Rector Mayor – 22 de junio 2009

SALUDO DE APERTURA

Queridísimo hermanos y hermanas de la Familia Salesiana

Junto al Rector Mayor, a su Consejo, a los Salesianos de la Casa General y a todo el Equipo organizativo, quiero expresaros la más cordial y fraterna bienvenida a las “Jornadas de la Espiritualidad Salesiana” del 2009. Gracias por haber respondido también este año a esta convocatoria que constituye uno de los momentos más significativos de celebración y de vida de la Familia Salesiana Mundial.

También este año somos muy numerosos. Son más de 340 los inscritos. Están representados casi todos los Grupos oficiales de la Familia Salesiana. Son también diversos los Superiores Generales o los responsables centrales presentes en nuestro encuentro. A pesar de ser italianos la mayoría de los participantes, están representadas más de 25 naciones.

Me alegra además particularmente el poder subrayar la presencia de Grupos que han sido admitidos a la Familia Salesiana por el Rector Mayor durante este mes de Enero, como “The Disciples”, Los discípulos, que se dedican a la obra de evangelización en las aldeas y en las pequeñas parroquias, y los amigos de “Cançao Nova”, asociación pública de fieles fundada por el P. Jonás Abib cuyo carisma es especialmente la tarea de evangelización a través de la comunicación social.

Una presencia particularmente grata de este año es la de un notable grupo de jóvenes Hermanos Salesianos y de jóvenes Hijas de María Auxiliadora. Me estoy refiriendo a las Hermanas de los primeros años de profesión y a los sacerdotes del quinquenio de la Inspectoría de la Italia Meridional de los Salesianos de Don Bosco y de las Hijas de María Auxiliadora. Han sido también invitados a este encuentro  por el mismo Rector Mayor los novicios salesianos y las novicias de las FMA. Consideramos especialmente importante la presencia de estos jóvenes hermanos y hermanas, así como la de novicios y novicias, porque somos del parecer que es cada vez más urgente un cambio de mentalidad respecto a la Familia Salesiana. La Familia Salesiana es una realidad que debe ser conocida, amada y vivida desde los primeros años de la formación. Nos lo recuerda el Rector Mayor en el Aguinaldo cuando nos exhorta a dar vida a una cultura de la Familia Salesiana: “para que... la visión del trabajar juntos pase a todas las ramas y a todo el árbol, es indispensable que todos los socios de los distintos grupos se vuelvan conscientes de su pertenencia a un vasto movimiento de personas, nacido del corazón apostólico de Don Bosco y estén prontos a las sinergias, a las convergencias, a las múltiples colaboraciones, diversas, ágiles, renovadas. No buscamos una gran organización que establezca desde la cima lo que se debe hacer, sino un fuerte impulso de espiritualidad para dar vida a células y órganos, para que creen las posibles colaboraciones.”

El carisma de Don Bosco mantiene en plenitud toda su actualidad, pero los desafíos educativos y los ligados a la acción de evangelización en el mundo de hoy son tan fuertes que nos piden una comunión carismática profunda y una sinergia apostólica cada vez más fuerte.

Los Aguinaldos de los años pasados sobre temas de particular actualidad como la familia, la vida y la educación, nos han estimulado fuertemente a un compromiso activo, suscitando por doquier un florecer de iniciativas concretas, de propuestas educativas y apostólicas. ¿Por qué un Aguinaldo sobre la Familia Salesiana tras estos temas tan exigentes?  La elección del Rector Mayor de este año ha querido invitarnos a una consideración de nuestra identidad de “gran movimiento dirigido al bien de los jóvenes”. Nuestra gran pasión apostólica  tiene una raíz única: el “Da mihi animas” de don Bosco. Lo que él  ha vivido en su corazón como un gran ideal de construcción del Reino de Dios, es hoy, para todos nosotros, “herencia y misión que hemos de cumplir”. Y todo esto es confiado a cada uno de nosotros, a nuestros grupos, pero sobre todo a nuestra Familia Salesiana en su conjunto. Reflexionemos, pues, sobre la Familia Salesiana para trabajar mejor, juntos y con más eficacia, en los campos de la vida, de la familia, de los derechos humanos y de la educación.

Como siempre, mi primera invitación  a esta gran asamblea es la de vivir con particular intensidad y fraternidad, estos días de Congreso, sintiendo la alegría del mismo don Bosco al vernos todos unidos, comprometidos en el espíritu y la misión a favor de los jóvenes, de los pobres, de los últimos. Lo que hace hermoso nuestro encuentro no es sólo la riqueza de los contenidos propuestos, sino también la participación que logramos poner en marcha y, sobre todo, el espíritu de comunión que logramos vivir entre nosotros. Representamos colores y aspectos diversos de un mismo carisma nacido del corazón de don Bosco. Todos juntos queremos ser un gran movimiento del Espíritu, una gran fuerza de amor para el bien de los jóvenes de nuestro tiempo.

Quisiera dirigir en este momento un saludo inicial a los amigos que vienen de España. Es uno de los grupos siempre presente a esta cita. Gracias por  vuestra presencia y por la vivacidad de vuestros grupos, sobre todo la de los Salesianos Cooperadores y del ADMA. Saludo igualmente con simpatía a cuantos han venido de Portugal, también ellos están siempre presentes  con gran fidelidad en este encuentro.

Un gracias también al grupo que viene del Ecuador. Este verano, aprovechando la presencia de don Julio Olarte en Quito, lancé un desafío a la Familia Salesiana de esta nación. Y ha sido aceptado. Helos aquí. No son los 20 que había solicitado, pero es, sin duda, un grupo considerable.

Quisiera saludar también con simpatía a todos los que vienen de lejos y entre los participantes sobre todo a los miembros de las Congregaciones y de los Grupos más pequeños. Quisiera deciros que sois queridos por el corazón de don Bosco y de su sucesor. En una familia todos son importantes y todos son parte indispensable.

Gracias a todos, queridos amigos, porque estáis aquí; porque vuestra presencia expresa la alegría de pertenecer a la Familia Salesiana; porque vuestra presencia expresa vuestro amor a don Bosco y a su IXº Sucesor don Pascual Chávez Villanueva que estará aquí con nosotros constantemente en estos días para animarnos en este camino.

Que Don Bosco acompañe nuestro encuentro, nos ayude a reflexionar  con su cabeza, nos ayude a amar con su corazón, nos impulse a poner a disposición toda nuestra vida, hasta el último respiro, para el bien de los jóvenes. El está ciertamente bendiciendo la vida de cada uno de nosotros y a nuestra  Familia Salesiana en su conjunto.

Roma, 22 de Enero 2009                                Don Adriano Bregolin
         Vicario del Rector Mayor

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